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Agosto 2023

Doctor y mejor profe part-time: Marcel Favereau y su mejor año en el DIIS

Marcel Favereau, recientemente defendió su tesis “Optimization under uncertainty for the management of hydroelectric resources”, cerrando con éxito su etapa de Doctorado en Ciencias de la Ingeniería en nuestro departamento. Además, el Ingeniero Civil vivió una semana inolvidable tras recibir el premio a Mejor Profesor en Jornada Parcial del DIIS. Conoce más sobre el trabajo que llevó a cabo tras estos reconocimientos y su paso por el postgrado UC. ¿De qué trata su tesis de doctorado? Nosotros tenemos agua y siempre debemos gestionarla con todos los usuarios de esa agua. En el caso chileno hay 2 principales usuarios de ella y son la hidroelectricidad y la agricultura. Lo complejo ahí es cómo puedo manejar esa agua, si es que desconozco cuánta voy a tener, entonces hay un componente de incertidumbre acá que es muy fuerte. Lo que hicimos fue desarrollar tres grandes áreas, una que tiene que ver con modelos de pronósticos de caudales afluentes, en el fondo la entrada de agua; otra área en la que hicimos modelos de optimización bajo incertidumbre, para tomar decisiones sobre la gestión de esta agua considerando la incertidumbre previamente modelada y dentro del modelo. Y en la tercera, desarrollamos algunos modelos que permitían incorporar otras características que típicamente no son consideradas en la literatura, por ejemplo, ciertas condiciones operacionales de corto plazo en estos modelos de mediano plazo, para tener una mejor representación de la flexibilidad que aporta la hidroelectricidad en el sistema y también otros usos de agua, por ejemplo el caso agrícola, donde hicimos este match entre el sector eléctrico y el agrícola en términos de qué pasa en cuanto a las emisiones de CO₂, en términos de los déficits de agua sobre las necesidades de agua si es que cambio las políticas de operación de los embalses. ¿Qué lo motivó a estudiar esa línea? Bueno, hay dos motivaciones, una que es intrínseca y es que estamos viviendo una sequía hace muchos años y alguien tiene que hacer algo, no sé si soy ese alguien, somos hartos “alguienes”, pero de alguna forma aportar en eso me parecía importante desde una perspectiva más práctica. Pero también hay una perspectiva que es más metodológica, que tiene que ver con mi desarrollo profesional, de las herramientas que yo aprendo y en ese sentido trabajar con el profesor Álvaro fue la clave. ¿Y cómo fue trabajar con él en la parte de la interacción y apoyo?  Tengo la gran ventaja de que el profesor Álvaro trabaja con muchos profesores, tiene un laboratorio, donde hay muchos alumnos de pregrado y postgrado, de ingeniería, magíster y doctorado, entonces el ambiente que se forma es muy enriquecedor, porque cada uno tiene su especialidad y se va perfeccionando en lo suyo y, por lo tanto, muchas veces tenemos estas discusiones o reuniones donde nos vamos compartiendo visiones. En tu defensa preguntaron por la inversión en irrigación ¿A qué se refiere y hay algún plan en específico? Si de algo estoy seguro, sobre todo después de desarrollar mi tesis de doctorado, es que en el fondo uno siempre tiene que tener en cuenta que el corazón de la Ingeniería Industrial está en el uso eficiente de los recursos. Entonces, ¿qué podemos hacer con lo que tenemos? Esa es la pregunta, uno siempre querría tener más, pero lamentablemente no podemos hacer que aparezca más agua, lo que sí podemos hacer es usarla de manera más eficiente. Y cuando hablamos de usar de manera más eficiente esa agua, otra de las cosas que tenemos que pensar automáticamente, es en los distintos usos que se le da. El principal usuario de ella en Chile, es justamente el sector agrícola, en donde ha habido mejoras en términos de la eficiencia de riego. En los últimos 30-25 años ha subido o aumentado hasta cerca de un 50% esta eficiencia, que es algo que ha mejorado, pero entre 50% y 100% todavía hay un largo camino, entonces todavía se pueden hacer cosas. Subsidiar el aumento de la eficiencia de riego para utilizar esa agua en otros fines, ya sea en hidroeléctrica, potable, turismo, sea lo que sea, dependiendo de las necesidades asociadas a cada cuenca y a donde se encuentren esos regantes. Hay cosas que se pueden hacer, lo peor que podemos hacer es no hacer nada.  ¿Qué momentos desafiantes viviste en el proceso del postgrado? La verdad es que, por definición, un doctorado es un proceso desafiante, por lo que los momentos son muchos, pero los más desafiantes fueron sobre todo al inicio, por un proceso de adaptabilidad, sobre todo para alguien que viene de otra universidad, con otros ritmos, quizá, con otra tecnología, con otra cultura universitaria muchas veces. También impacta de alguna forma, pero a nivel más técnico, las principales instancias de evaluación, el examen de candidatura, la misma defensa del cierre de procesos, el informe de tesis, más allá de lo complejo que esto sea por naturaleza, llegar a esa instancia no es trivial, pero hay un desafío, y uno personal que es cómo puedo mostrar todo lo que hice a nivel general y de forma de que una audiencia relativamente general, no necesariamente muy técnica, sea capaz de entenderlo y comprender el aporte que uno desarrolla. Porque muchas veces puede haber desarrollos muy interesantes y de muy buena calidad, a nivel académico, y que eso se transforme en muchos artículos científicos, pero si no hay una bajada práctica o una implicancia, muchas veces ese esfuerzo podría ser un poco en vano, la idea no es que esto quede guardado en un paper de 10-15 hojas, en alguna revista que a lo mejor nadie va a leer, lo importante es que esto se use en pos de algo. ¿Cuáles son los nuevos desafíos después de terminar esta etapa?  Yo diría que todo lo aprendido dentro del doctorado, ahora debo ponerlo en práctica, y eso incluye en gran medida este desafío, que es cómo expresar estas ideas. Cuando uno hace un doctorado se hace especialista de un área muy particular de la

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Magdalena Bennett, Egresada del DIIS y profesora en Universidad de Texas “Cuando vi en la ingeniería una herramienta para combatir la segregación escolar, no la solté más”

Magdalena Bennett es actualmente Profesora Asistente en la Universidad de Austin, Texas, egresó del Departamento de Ingeniería Industrial y de Sistemas en el año 2012. Su carrera académica siempre ha estado fuertemente ligada al desarrollo de evidencia para la política pública que aporte al disminuir la segregación escolar y educativa. Te contamos un poco más de ella en esta entrevista que le dió al DIIS en su última visita a Chile.  “Salí de ingeniería el 2012, pasé el pregrado e hice el Magister aquí mismo (DIIS). Seguí todo el tiempo siempre haciendo carrera académica, me fui a hacer mi segundo Magíster en Londres y después hice el doctorado en Columbia en Economía de la Educación. Llevo viviendo en EEUU desde principios del 2015 y ahora soy Profesora Asistente en la Universidad de Texas.” ¿Qué aspectos de la ingeniería fueron los que más te motivaron? ¿Qué referentes? ¿Qué asignaturas?  “Una de las cosas choras de ingeniería es que me permitió hacer dos cosas a la vez: juntar el mundo de las matemáticas y la política pública. Tengo super fuerte la parte de estadísticas y de método, pero siempre vinculada a aplicaciones que son de política pública. Fui ayudante de Ricardo Paredes durante muchos años, después trabajé con Luis Cifuentes, ellos fueron mis mentores y quienes me orientaron mayormente en este camino. Trabajé también, en el proyecto de la Escuela de Ingeniería llamado Talento e Inclusión, con la primera generación que eran 20 alumnos que admitimos ese año. Este proyecto busca incorporar alumnos de excelencia de distintos colegios que por distintos motivos no obtuvieron el puntaje que pide la UC. Nosotros como escuela fuimos quienes impulsamos eso y después se volvió una política universitaria”.  “Lo que me impulsó a seguir este camino fue encontrar la Economía en general, y seguí tomando muchos ramos relacionados con eso, creo que Ingeniería te da mucho la posibilidad de hacer cosas muy distintas, y juntar mundos diferentes”. ¿Cómo empezó a entrar la educación en tus investigaciones?   “La mayoría de las aplicaciones que uso están enfocadas en educación, es el tema que más me interesa porque es un tema de política pública fundamental y muy complejo. Mi tema se enfoca en la segregación escolar y fundamentalmente en las bajas oportunidades que estudiantes de estratos socioeconómicos bajos tienen en comparación con otros estudiantes. Esto debido a que se cobra un copago, que hace que colegios mejores cobren muy caro, entonces segregan en términos de ingresos por lucas. En el caso de Estados Unidos, donde también tengo investigación, se trata de un tema racial, puesto que en los colegios no se mezclan mucho. En Chile, en particular, eso es supernotorio, lo vimos en Talento e Inclusión, había gente muy buena, pero por distintas razones no alcanzaron puntajes tan altos, pero una vez que entraban podían rendir muy bien, incluso mejor que estudiantes que tenían mejor puntaje, pero que venían de otro contexto”. “Participé mucho en política universitaria, cuando estaba terminando el magister me metí en J-PAL en la Facultad de Economía, el Poverty Action Lab. Ellos tratan de generar evidencia para la política pública de una manera super rigurosa, cuantitativamente”.  ¿Cómo es Texas? “Actualmente, hago clases de Data Science, estoy en el grupo de estadística dentro de la Facultad de Negocios de la Universidad de Texas”.  “Allá hay cursos que se llaman CORE que los tienen que tomar todos los estudiantes, independientemente del área en que te especialices, le hago a todos los estudiantes de la Escuela de Negocios de pregrado de segundo año, este es el segundo ramo de estadísticas que tienen que tomar y es obligatorio para todos. Tengo estudiantes muy diversos, muchos son primera o segunda generación de inmigrantes. Entonces si hay mucha heterogeneidad y es un mundo bien rico e interesante”.  ¿Y la vida en Texas, qué tal? “Tengo un perro de dos años, maravilloso, se llama Bob Dylan, es el mejor perro de la vida, hago deporte para desestresarme, pero hace poco me compré una máquina de coser y aprendí a coser, me encantan las manualidades, tu cerebro te pide hacer algo diferente que no sea programar o escribir papers”.  “En cuanto a Texas puedo decir que tiene un invierno para nada terrible e incluso hace calor, puedes estar mucho afuera, Austin en general es bien bonito, si uno considera que Texas en general es bastante seco, Austin es como un oasis, tiene muchos lagos y ríos cerca, es una ciudad joven, muy cool que se volvió la alternativa a Silicon Valley, ya que hubo mucha migración después de la pandemia. Es una ciudad bien entretenida, hay mucha comida rica, cosas culturales, música, a mí en particular me gusta mucho el brit pop, rock clásico, Bod Dylan, Arctic Monkeys, bandas inglesas”.  También vengo seguido a Chile, a ver a mi familia, a escapar del calor infernal de Austin y disfrutar el invierno tibio de acá.  Si quieres conocer más de la investigación de Magdalena Bennett, revisa su página:  https://www.magdalenabennett.com   Texto y fotos: Catalina Moya Catalán cmoc@uc.cl

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