La minería en Chile está viviendo una transformación digital sin precedentes. Para 2025, las grandes operaciones mineras adoptarán tecnologías como camiones autónomos, perforadoras automáticas y plataformas de Big Data para mejorar la eficiencia y la seguridad. Esta digitalización busca reducir costos operativos y aumentar la producción de manera más eficiente y segura, minimizando el riesgo para los trabajadores y optimizando la logística de las minas.
En el contexto de la sostenibilidad, la energía renovable será clave. Las minas chilenas están integrando energía solar y eólica para reducir su huella de carbono, implementando sistemas que permiten aprovechar los recursos naturales de manera eficiente y ayudar a descarbonizar la industria. De esta manera, las minas no solo buscan ser más rentables, sino también más responsables con el medio ambiente.
Además, el uso de Big Data y machine learning permitirá mejorar la toma de decisiones al integrar grandes volúmenes de información en tiempo real. Estos avances optimizan el proceso de extracción de minerales, reducen el desperdicio y mejoran la calidad de los productos obtenidos. Las innovaciones tecnológicas también se están implementando en la gestión de residuos y el uso de agua, buscando hacer estos procesos más sostenibles y con un menor impacto ambiental.
La Universidad Católica de Chile (UC) ha sido un actor fundamental en la innovación tecnológica en la minería. A través de su Facultad de Ingeniería, la UC lidera proyectos de investigación aplicada en automatización minera, optimización de procesos y tecnologías digitales que mejoran la competitividad y la sostenibilidad del sector. La universidad mantiene estrechas colaboraciones con grandes actores del sector como Codelco y Antofagasta Minerals, impulsando el desarrollo de nuevas soluciones para una minería más eficiente y responsable. El Departamento de Minería de la UC (DIMUC) sigue siendo un pilar clave en el impulso de proyectos que buscan transformar la minería chilena.
Chile está liderando el cambio hacia una minería más inteligente, sostenible y tecnológica, y el camino hacia 2025 será crucial para consolidar estas transformaciones.