Desafíos de la minería
Artículo publicado por el profesor José Botín apunta a la necesidad, en la minería, de más especialistas, uno de los desafíos del futuro.
Desafíos de la minería
El profesor José Botín ataca dos flancos mineros
De las recientes publicaciones del profesor José Botin, ex Jefe del Centro de Mineria y, desde su creación en noviembre de 2011, Director del Departamento de Ingeniería de Minería, destacamos dos: una en “Minería Chilena” y la otra, en la revista “Construcción”. Una más general, sobre los desafíos de la industria en 2013 y la otra con un enfoque particular del tema de la seguridad.
En la primera, “Minería chilena: los desafíos del nuevo ciclo”, el profesor Botín analiza las condiciones de comienzos de 2013, que son diferentes a las de hace un año. El mercado de minerales parece estar próximo a un cambio de ciclo, escribe. Chile debe mantener su posición como productor de bajo costo y polo de atracción de la inversión. Hay que compensar el descenso de la ley del mineral y el creciente peso de los procesos mineros en el costo total. Además, hay que tomar en cuenta que Chile está en cierta desventaja en cuanto a ser polo de atracción del recurso humano de alta especialización, debido a barreras del idioma.
El desafío requiere potenciar dos factores: uno, el liderazgo y capacidad en la gestión del recurso humano en niveles ejecutivos y, dos, la innovación y el desarrollo tecnológico. El primero es el más importante. Aquí, la Universidad y la empresa, escribe, deben colaborar “para la formación de nuevos profesionales que egresen con el perfil competencial que asegure su acceso a los niveles de toma de decisión en un plazo no superior a cinco años”.
En otra publicación, en la revista “Construcción”, “Los desastres mineros, ¿cómo prevenirlos?”, el profesor Botin aborda el tema de la seguridad. Asegura que la industria minera dispone de capacidad tecnológica para un diseño y operación minera seguros. Para cada situación de peligro, escribe, hay que establecer un estándar operacional de obligado cumplimiento. Tal estándar debe reducir la consecuencia potencial (gravedad) y la probabilidad de ocurrencia del accidente.
Una empresa puede ser “sub – estándar” si carece de estándares de gestión de riesgo o bien si ellos no se cumplen. En consecuencia, concluye, los desastres mineros ocurren por falta de competencia técnica, por mala gestión o, en algunos casos, por ocultación o inacción dolosa del riesgo por motivos económicos.
Posteriormente el profesor Botín distingue entre desastres mineros.
Uno, los por explosión de gas grisú, que se deben o a falta de capacitación del personal, deficiencias en la ventilación, o incumplimiento de la normativa sobre certificación, operación y mantenimiento de equipos andideflagrantes en minas grisuosas.
Dos, por roturas de tranques de relave, que resulta generalmente de un diseño inadecuado del tranque, o la mala gestión de riesgo de los procesos de construcción, operación y abandono del tranque tras el cierre de la mina.
Tres, aquellos desastres en que varios mineros pierden la vida o quedan atrapados por incendios o falla repentina y violenta de macizos rocosos, y otras causas. Tal desastre proviene de diseños graves en el diseño, ingeniería y control geotécnico de los huecos de explotación o de los procesos. Además, no se han diseñado estándares ni hay planes ante la emergencia.