54 profesionales y administrativos UC participan de peregrinación jubilar al Vaticano
Es primera vez que una delegación de personas que trabajan en la universidad asiste como delegación a la Santa Sede en el marco de una celebración jubilar. La visita es promovida por la Pastoral UC y cuenta con el apoyo de la Rectoría y la Dirección de Personas.
Una actividad inédita en la historia de la Universidad Católica: un grupo de 54 administrativos y profesionales participará en una peregrinación jubilar hacia la ciudad del Vaticano. Se trata de una iniciativa impulsada por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana UC con el apoyo de la Rectoría y la Dirección de Personas, que busca ofrecer a este estamento de la comunidad universitaria la oportunidad de participar en las actividades del año jubilar. Algunas de ellas tendrán modificaciones, debido al reciente fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco, pero seguirá siendo una experiencia profunda y transformadora.
El Presbítero Jorge Merino, Capellán Mayor UC, quien acompaña la preparación espiritual del grupo, destaca que esta peregrinación no es solo un viaje, sino un verdadero camino de fe. “Hay una gratitud enorme entre quienes van a asistir. De más de 160 interesados, finalmente son 54 las personas que podrán participar de esta actividad, y eso ha generado un gran sentido de responsabilidad y alegría en el grupo. No solo se trata de vivir esta experiencia, sino también de compartirla con sus familias y comunidades laborales”, explica.
La peregrinación no comienza en el momento de abordar un avión, sino que es un proceso que requiere preparación espiritual. Para ello, los participantes asistieron a un retiro en el cual estuvo presente casi la totalidad de la delegación. Durante esta instancia, los peregrinos reflexionaron sobre su propio camino espiritual y participaron en una adoración al Santísimo, en la que pudieron presentar al Señor sus anhelos y preocupaciones.
Delegación heterogénea y comunitaria
Como parte del proceso previo, la delegación ha realizado varios encuentros, incluyendo una misa de envío en la Iglesia del Sagrado Corazón del Campus San Joaquín. A ella asistieron acompañados por sus familiares y seres queridos.

En la imagen: la delegación se encontraba realizando un retiro espiritual preparatorio. Fotografía: Pastoral UC.
Un aspecto relevante de esta iniciativa es la diversidad de sus participantes. La delegación está compuesta por personas de los cuatro campus de la UC, con distintos roles dentro de la institución: directores, administrativos, asistentes y profesionales. Esto no solo propicia un encuentro entre quienes normalmente no trabajan juntos, sino que también refuerza el sentido de comunidad dentro de la universidad.
“Muchas veces, aunque trabajemos en la misma institución, no nos conocemos entre todos. Queremos que esta peregrinación sea también una oportunidad para fortalecer los lazos entre quienes forman parte de la UC, desde distintas áreas y responsabilidades”, señala el Padre Merino.
Si bien la universidad ha organizado anteriormente peregrinaciones para estudiantes, esta es la primera vez que se realiza una experiencia de este tipo para administrativos y profesionales. “Siempre se habían impulsado estas iniciativas para los alumnos, pero nos preguntamos: ¿por qué no abrir esta oportunidad también para ellos?”, comenta el sacerdote.
Oportunidad para estrechar vínculos

La delegación jubilar de trabajadores UC se reunió en Casa Central para organizar temas administrativos de la peregrinación. Fotografía: César Dellepiane.
“Participar en el Jubileo de la Esperanza en Roma como delegación de trabajadores de la Universidad Católica es un honor y una responsabilidad que trasciende lo personal. Estar allá nos conecta con el corazón de la Iglesia, también nos permitirá renovar nuestra fe y fortalecer nuestra identidad institucional como parte activa de una comunidad que busca construir esperanza desde el quehacer cotidiano”, dice Isabel Tagle, quien trabaja en la Dirección de Personas.
Ella agrega que tiene la convicción de que la experiencia resulte transformadora para cada uno de los integrantes de la delegación. “Este camino compartido será una instancia de crecimiento personal, de apertura a nuevas realidades y también será una oportunidad privilegiada para estrechar los vínculos entre nosotros como comunidad”, afirma y añade que está convencida de que regresarán a Chile “con una mirada renovada, cargada de sentido y esperanza, y con una experiencia que deseamos compartir con nuestras familias y equipos de trabajo, enriqueciendo así nuestro entorno laboral y humano”.
La profundidad de la fe
Lorena Vallejos, asistente administrativa de la Pastoral UC cuenta que esta peregrinación es una oportunidad de encuentro personal con su fe. Como parte de la Pastoral ella ha ayudado a muchas personas a que tengan diferentes experiencias de vida cristiana. Sin embargo, esta vez es ella quien tendrá la oportunidad de realizar una peregrinación especial para encontrarse con Cristo.
“Uno puede decir que tiene fe, pero ¿cuán profunda es realmente? Quiero darme la oportunidad de conocerme desde la fe, de conectar con mi interior y ver qué tan católica soy”, reflexiona Lorena.
A diferencia de otras experiencias donde la preparación es clave, en esta ocasión Lorena ha decidido dejarse sorprender. Su única preparación ha sido la apertura a lo que Dios quiera mostrarle en este tiempo.

En la imagen, Lorena Vallejos le entrega la bandera de la Pastoral UC al Pbro. Osvaldo Fernández de Castro, Vice gran Canciller UC, durante la ofrenda de la misa de envío. Fotografía: César Dellepiane.
El viaje también le permitirá compartir con otros miembros de la comunidad universitaria a quienes no conoce en profundidad. Esta convivencia le genera curiosidad y expectativa. “Escuchando otras historias en los encuentros previos, me di cuenta de que todos llevamos una carga”, comenta.
Para Lorena su familia es muy importante. Este viaje coincide con el cumpleaños de su hija, por lo que le costó mucho tomar la decisión de partir. Pero su hijo y su hija la impulsaron a participar y consideran que es una oportunidad importante para ella. Esta peregrinación no solo impactará su vida personal, sino que también se convertirá en un testimonio. “Si esta experiencia cambia algo en mí, quiero transmitirlo a mis hijos. Tal vez en algún momento ellos también se animen a vivir algo similar”, expresa con ilusión.