
Novatas del programa Talento e Inclusión: “Un puntaje jamás puede determinar tu futuro”.
Novatas del programa Talento e Inclusión: “Un puntaje jamás puede determinar tu futuro”.
Un largo camino, un buen final y prometedor futuro. Son frases que describen las historias de Constanza Barriga, Francisca Peñaloza y Javiera Gómez: jóvenes, mujeres y futuras ingenieras que se integraron a la Escuela de Ingeniería UC a través del programa Talento e Inclusión 2015.
El punto común entre estas tres futuras ingenieras es que tanto Constanza como Francisca y Javiera están convencidas del aporte de la ingeniería como disciplina al desarrollo del país y pretenden aportar su grano de arena a través de la investigación y el ejercicio de la ingeniería.
Para Constanza Barriga entrar a la Universidad a través del programa Talento e Inclusión significa un gran “desafío”. “La universidad confió en mis capacidades y ahora es momento de demostrarlas. En el programa Talento e Inclusión me dan todas las herramientas que necesito para mantenerme dentro de la universidad. Como muchos dicen: es fácil entrar, pero mantenerte es lo difícil. Además, ayuda a mi financiamiento”, señala Constanza.
Javiera Gómez y Francisca Peñaloza provienen de la Ciudad de Santa Cruz (sexta Región) y están felices y deseosas de entregar lo mejor de sí mismas. Javiera optó por estudiar ingeniería ya que “es una carrera amplia” y además por el giro social que le puede dar a su profesión: ”Me gustaría construir viviendas sociales con espacios bien distribuidos y con un lindo estilo arquitectónico“, relata.
Por su parte Francisca Peñaloza, sostiene que solucionar problemas a través de la ciencia es lo que más le gusta de la Ingeniería. Francisca imagina su futuro en la cima: “Me gustaría estar a cargo de un gran proyecto de innnovación que beneficie a las personas“, relata.
Finalmente, Constanza relata su sueño: “Tengo la certeza de querer desarrollarme en el ámbito de la investigación, tanto científica como matemática. Uno de mis mayores sueños es representar a nuestro país en entidades de mucho peso internacional, como la NASA”, asevera.
Su mensaje a otros jóvenes que quisieran estudiar Ingeniería pero terminan no haciéndolo por presiones sociales o por miedo a no tener el puntaje es claro: “El único mensaje que podría dejarles es que sigan sus sueños y su vocación, como yo lo hice, sin importar el estereotipo de masculinidad asociado a la carrera, que aún sigue estando presente en ésta época. Luchar por tus sueños significa esforzarte al máximo y perseverar en lo que te apasiona, un puntaje jamás puede determinar tu futuro”, finaliza.