Planes de recuperación en obras resilientes traería un beneficio de US$ 4 por dólar invertido
Chile pierde en promedio US$ 3 mil millones al año por eventos naturales extremos, una cifra similar al plan de inversión anunciado por el MOP para la recuperación económica al 2022.
El Instituto para la Resiliencia ante Desastres (Itrend) cumple esta semana un año de trabajo en su misión pública de fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación para mitigar los efectos de las grandes amenazas como terremotos, tsunamis, aluviones, erupciones volcánicas, incendios y eventos climatológicos extremos.
A lo largo de su historia, Chile pierde en promedio US$ 3 mil millones al año por eventos naturales extremos, una cifra similar al plan de inversión anunciado por el MOP para la recuperación económica al 2022. Esto lo transforma en el país de la OCDE con mayor riesgo de desastres.
“El Fondo Monetario Internacional vaticinó que la economía mundial se contraerá un 4,9% en 2020 por la pandemia, al nivel más bajo desde la Gran Depresión. Esta recesión ha llevado a todos los países a impulsar distintas medidas de recuperación económica, entre ellas la inversión en infraestructura resiliente”, dijo Juan Carlos de la Llera, decano de Ingeniería de la Universidad Católica (UC)
La autoridad académica, quien en 2016 presidió la Comisión Presidencial para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (Creden) iniciativa que impulsó la creación de Itrend, destacó que los planes de inversión en resiliencia representan una oportunidad única para recuperar empleos y mejorar la productividad. “Además pueden tener un impacto positivo a futuro si esta infraestructura se desarrolla considerando criterios de resiliencia que mitiguen los efectos de las grandes amenazas naturales”, agregó.
En este desafío, destacó el decano, el Estado debe dar un ejemplo y considerar que los proyectos deben ser entendidos en su ciclo de vida completo, donde la resiliencia es fundamental.
Para la directora de Itrend, Catalina Undurraga, los desastres causan grandes interrupciones de los servicios de infraestructura, afectando la capacidad de producción de las empresas y las fuentes de empleo, entre otras.
“En este sentido, hoy más que nunca es imperativo trabajar en medidas de recuperación económica que involucren criterios de resiliencia en sus planes de inversión, para así asegurar el funcionamiento y la capacidad de respuesta de las distintas actividades productivas en futuras catástrofes socionaturales”, precisó la ejecutiva.
Según un informe del Banco Mundial, el beneficio neto de invertir en infraestructura más resiliente en los países de ingreso bajo y medio ascendería a los US$ 4,2 billones, lo que representa un beneficio de US$ 4 por cada dólar invertido. Este valor es levemente superior al beneficio estimado por Creden, que fue de unos US $3 por cada dólar invertido.
Durante su primer año, Itrend ha trabajo con el sector público y privado, en conjunto con la academia y organismos internacionales, para transformar la exposición a los eventos naturales extremos en una ventaja sostenible en el tiempo. La inversión anual de llevar a cabo este plan, permitiría al país ahorrar hasta US$ 106 millones al año mediante las menores pérdidas asociadas a los desastres provocados por amenazas naturales.
El presupuesto requerido para la implementación de la estrategia consideró la creación de Itrend, una iniciativa que impulsa Ingeniería UC junto al Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile, durante su etapa de incubación. Su operación es financiada por Corfo y mandatada por el Ministerio del Interior y Seguridad Pública y el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo.
Entre las 14 tareas que mandata la estrategia a Itrend, destaca evaluar y mitigar el impacto de los eventos naturales extremos sobre nuestra infraestructura crítica, lo que requiere incorporar criterios de resiliencia desde su concepción, pasando por el diseño, hasta su implementación y operación.
Otro gran desafío es apoyar la generación de la I+D+i que permita evaluar el riesgo y la resiliencia de infraestructura pública y sistemas críticos, así como su continuidad operativa, ante una gran amenaza de origen natural.
PRENSA Y COMUNICACIONES
INGENIERÍA UC – ITREND